El asesinato de Ekai

Un adolescente de 16 años ha sido asesinado en Ondarroa. Cuentan que ha sido un suicidio. Pero la verdad está muy lejos de esa afirmación. Lo ha matado esta sociedad intolerante. Lo han matado los insultos, las malas miradas, los golpes. Sus acosadores son los culpables. El bullying ha matado al joven Ekai. No ha podido continuar sufriendo el acoso y ha decidido huir de este mundo.

Durante los últimos años, se han dado grandes avances en cuestión de derechos LGTBI. Pero no son suficientes. El pasado miércoles, el PP presentó una ley alternativa, en la que transexualidad es tratada de enfermedad. Al mismo tiempo, se permite la celebración del I Congreso Internacional de Género, Sexo y Educación, que afirma con orgullo que va a incumplir todas las leyes en materia LGBTI y el autobús tránsfobo de Hazte Oír pasea por nuestras calles sin ningún tipo de represalia.

Dentro del colectivo LTBI, los transexuales son los más perjudicados. Incomprendidos, silenciados, ocultos e inaceptados. Muchas veces, incluso por parte de miembros del propio colectivo. Por tanto, aún queda mucho trabajo por hacer en materia educativa. No podemos seguir fomentando el odio. Debemos educar en el amor, el respeto y la tolerancia. Que las nuevas generaciones continúen el camino de la aversión o transformar el mundo en un lugar agradable está en nuestras manos. ¿Cuántos Ekais necesitamos para concienciarnos?